
Estamos recorriendo un camino en el que todos anhelamos recuperar la normalidad en un nuevo entorno donde la pantalla, mampara, mascarilla, gel y distancia mínima se van a quedar entre nosotros como parte del mobiliario general de los lugares de trabajo.
La digitalización de los sistemas de trabajo ha adquirido en los últimos meses la magnitud de una revolución industrial, aunque esta vez nos está haciendo más humanos.
El teletrabajo ha llegado con el prestigio suficiente en resultados como para hacer ver que la flexibilidad laboral es factible con el compromiso del empleado con los plazos, actividad y mejora de la productividad, además de estar propiciando la colaboración entre empresas que comparten sus recursos, optimizando las cadenas de distribución y la gestión del transporte y pedidos on line.
Hemos crecido en la gestión del miedo al cambio que llega inexorable, dado que trabajar más de un día a la semana desde casa ha roto mitos, redimensionado el tópico de la dedicación laboral de horas /despacho, demostrando que se añade valor y compromiso del empleado.
Los perfiles más cualificados y jóvenes- expertos en tecnología- soportan mejor la tensión del trabajo desde casa/ versus responsabilidad, mientras que los más seniors piden volver a la oficina. Un fenómeno curioso que requiere atención es el profesional hiper productivo, que ha disparado su dedicación profesional. Surgen de aquí nuevos modos de gestión del empleado: Los “coordinadores de desescalada” asumen la tarea de “endomarketing” como herramienta de comunicación interna cuando el trabajador permanece en casa y no quiere volver a la oficina. Aparecen patologías organizativas -síndrome de la cabaña – que nos han hecho trabajar para incorporarles poco a poco. El reto está en motivar al que se encuentra cómodo trabajando a todas horas, incluso intempestivas, para que poco a poco se vaya incorporando a la oficina.
Nacen demandas de nuevos perfiles -reskilling interno- en la compañía, para cambiar a otros modelos de trabajo adaptativos. Un ejemplo son los equipos con perfiles híbridos coordinados: «scrumers» o perfiles mixtos facilitadores de proyectos a distancia que están demostrando su capacidad de cohesionar cuanto más adversas son sus circunstancias. Las metodologías agiles digitalizadas aligeran los procesos permitiendo a todos los miembros del equipo trabajar de un modo más eficiente y cumplir el presupuesto y los plazos pactados.
El trabajo se humanizará mas en esta 2ª revolución digital. En los seminarios que imparto siempre repito la máxima “El talento necesita entorno” porque creo que la flexibilidad y la confianza generan el compromiso, moneda de cambio que fideliza al profesional.
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