Te invito a meditar conmigo las siguientes líneas para hacer una buena inversión en uno mismo.
Dejar espacio y abrir la puerta a los siguientes conceptos:
- Optimismo: para orientarte al futuro y hacia lo que puede ser bueno. No es que no veamos lo difícil, sino no asustarte de lo que ves y seguir buscando conexiones con lo que buscamos.
- Afrontamiento: reconocer tu lado oscuro, no esconderlo porque crecerá en la sombra. Reconocer tus PPFF y AAMM. Conocerte bien identificando tu personalidad, expectativas, sueños y realidades. Atender situaciones y desarrollar estrategias, porque cuando lo importante y lo que merece aflorar están desatendidos, se da la frustración.
- Resiliencia: adaptarte y progresar a pesar de las dificultades, sin duda harán que salgamos más fortalecidos de esta situación.
- Pensamiento positivo: seleccionando el pensamiento útil, para hacer algo diferente a lo que hasta ahora hacíamos, sin quedarnos atrapados en la culpabilidad inducida por pensamientos tan inútiles como recurrentes y limitantes.
- Autoestima: valorar pequeños logros, pues somos el motor de nuestro cambio y responsables de nuestro bienestar. ¿Sabes por qué?
- Ilusión: aquello que quieres conseguir, apóyalo en la capacidad de generar nuevas oportunidades
- Emociones positivas: dar énfasis a las sensaciones que nos hacen sentir bien y desarrollarnos, como sonreír, agradecer, poner buen humor…. ¿Alguna más?
- Creencias potenciadoras: principios que marcan nuestras acciones y que tenemos muy arraigados, algunos potencian y otros son limitantes. Conviene revisarlas y que movilicen nuestras acciones para hacernos crecer. ( ¿un red bull mental?)
- Actitudes: El modo en que nos relacionamos determina el y los equipos que formamos: activos/pasivos, creativos y sinérgicos, colaborativos, endogámicos, constructivos, tiranos, egocéntricos, solidarios, que se organizan como los átomos; las personas se atraen o rechazan por las actitudes que se toman..
- Solidaridad: La cultura mayoritaria viene a consecuencia de las relaciones compartidas, de los fenómenos que provocamos, por eso la solidaridad no es la meta, es más bien un estado.
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