Si el vendedor eficaz es el que vende, el emprendedor es el que aprende.
Si el emprendedor “nace o se hace”, son las variadas maneras de hablar de este hecho empresarial.
Si yo no hubiera aprendido de los errores del último negocio o aquella vez que emprendí y no me salió del todo ok, no estaría aquí escribiendo esto en mi blog. Tengo identificados al menos 6 factores que configuran la partitura individual del emprendedor: capacidad, automotivacion, autogestión, suerte, simplificación y responsabilidad.
¿Alguna más? mientras lo pensamos vamos a ir analizando las que tenemos:
1. Capacidad que se apoya en los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para las tareas y alcanzar los objetivos, es decir, saber hacer.
2. Automotivación o estar dispuestos a poner el esfuerzo necesario para lograr resultados positivos, es decir, querer hacer. Sin motivación, no pondremos el esfuerzo necesario para alcanzar nuestros objetivos y, así difícilmente los conseguiremos. La automotivación es la disposición a una mayor exigencia para tratar de conseguir una meta.
3. Autogestión o la capacidad de decidir y obrar en el trabajo, de acuerdo con los criterios profesionales y la experiencia. Para favorecer la autogestión, la empresa debe facilitar al colaborador mayor autonomía, poner a su disposición los medios materiales y la información necesaria, clarificarle sus objetivos…, es decir, propiciar que la persona pueda, es decir, poder.
Cuando esto se ha aprendido, entonces puede darse el emprendimiento: claridad de las tareas y objetivos, capacidad para obtener los recursos mínimos necesarios para alcanzarlos; y autonomía para actuar y tratar de conseguir los objetivos.
Estos tres elementos –capacidad (saber), automotivación (querer), autogestión (poder)- van fuertemente atados. Si se suelta uno se rompe la cuerda.
4. La simplificación es hacer las tareas de la manera más sencilla posible. La simplicidad no es natural: has de buscarla. En la práctica, las cosas se vuelven cada vez más complicadas porque se tiende a “añadir” más a lo ya existente, en vez de eliminar. Las ideas, los procesos, evolucionan con el tiempo hasta llegar a ser más complejas.
5. Suerte o la influencia de los hechos y situaciones de la realidad externa a la persona en los resultados y sobre los que no tiene control. Si el entorno económico es favorable o no, si la competencia ha sacado un nuevo producto o ha quebrado, si sube o bajan mis acciones, poco tiene que ver conmigo.
6. Responsabilidad, es el motor que nos mueve a asumir los compromisos y deberes del trabajo. Nos lleva a poner todos los esfuerzos , aunque algunas de las variables del rendimiento no dependen enteramente de nosotros. Nos impulsa a que nos centremos en lo que podemos hacer para conseguir nuestros objetivos, y tratar de ser eficaces aún cuando nos falle la suerte.
Ahora bien, algo nos queda por hacer, por ejemplo una inoculacion en los ciudadanos de un cultura emprendedora, haciendo destacar en el ecosistema social a las mentes creativas, y capaces de dar vida a proyectos por los que apostar, y no solo ellos sino capaces de contagiar a personas de su entorno. Si bien es cierto, segun el Informe GEM España 2014, que nuestro pais va haciendo camino aunque necesita que todos los actores implicados se muevan en la misma direccion strattera dosage.
Según el indice TEA 2014 que mide la tasa de Actividad Emprendedora, el 65% corresponde a emprendedores por oportunidad. Y el 30 % a emprendedores por necesidad, creadas por personas desempleadas o con dificultad para acceder al mercado laboral. Este porcentaje necesita cuidados en consultoria y asesoramiento en la viabilidad de su negocio para evitar la caida a los pocos meses.
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