¿Qué está pasando en el mercado, qué pasa en la calle? Parte I

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Los trabajadores con estudios universitarios son quienes se muestran más favorables a cambiar de país para conseguir un empleo. El contexto económico internacional ha llevado a muchos profesionales, entre la población más joven con acceso al mercado de trabajo,  a buscar alternativas laborales con movilidad internacional .

 Cuanto más joven es el profesional, más predisposición tiene hacia la movilidad laboral.

 En recientes encuestas sobre movilidad internacional elaboradas por Randstad, el panorama socio laboral refleja que el 65% de los jóvenes españoles entre 18 y 24 años cambiaría de país por un trabajo.  La siguiente franja de edad (25-34 años) cambiarían de país por un   trabajo   el 63%. Según datos del INE en 2012 salieron de nuestro país 476.748 personas, mientras que entraron 314.358, lo que arrojó un saldo migratorio negativo de 162.390 personas, por el elevado índice de desempleo en España.

El 75% apuesta por Europa para buscar un trabajo. Por encima del resto destaca Alemania, donde, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, a comienzos de 2013 residían 116.000 ciudadanos españoles y parece ser el país que ofrece más opciones laborales (opinión del 48%  de los españoles) Francia (7%) e Inglaterra (6%) se posicionan en segundo y tercer lugar respectivamente.
América es el segundo continente más señalado, elegido por alrededor de un 20% de los encuestados. Estados Unidos (7%) y Brasil (7%) países americanos con más posibilidades para trabajar. Canadá, Chile y México acumulan un 5% de los votos totales. Apenas el 5% apuesta por países africanos, asiáticos u oceánicos.

Los profesionales con estudios universitarios son aquellos que muestran una mayor predisposición a la movilidad internacional:  hasta un 66% de ellos estaría dispuesto a cambiar de país para trabajar. Le siguen los que cuentan con títulos de Bachillerato (62%) y Formación Profesional (59%).

Las razones:

La supresión de las fronteras, la estandarización de los títulos académicos y la moneda común favorecen la movilidad entre los estados miembros.

La coyuntura económica actual, la ausencia de oportunidades y dificultad para muchos profesionales que quieren encontrar un puesto de trabajo.

Sin embargo, éste no es el único motivo para emigrar en busca de un empleo. La posibilidad de enfrentarse a nuevos retos profesionales también es un factor para salir de España. Se trata de un objetivo que no se centra tan solo en encontrar un nuevo trabajo de forma inmediata, sino también en mejorar la preparación de cara al futuro,  aprender un nuevo idioma o perfeccionar uno ya conocido.

El ambiente actual  y el cambio social,

Si queremos hablar sobre el cambio social, es preciso tener en cuenta el ambiente en el que nos movemos. Tenemos que conocer las dudas y perplejidades que se desencadenan en la persona hoy.  Me llama la atención – y no debería chocarme tanto- la coincidencia entre la necesidad de cambio en lo profesional, impuesto por la dificultad de encontrar trabajo y la “discontinuidad”(1)  en las sociedades multiculturales, en las que se puede observar simultáneamente los fenómenos más contradictorios. En épocas anteriores, la vida era considerada como progreso. Hoy, en cambio, la vida es considerada como turismo: no hay continuidad, sino discontinuidad; caminamos sin una dirección fija. El lema de un motorista lo expresa muy bien: «No sé adónde voy, pero quiero llegar rápidamente allí». En la literatura se habla de la «oscuridad moderna», del «caos actual».

El cambio cultural, al que asistimos, no puede llevarnos a una perplejidad generalizada, ni tampoco puede ser que en todas direcciones se vean personas preocupadas y agobiadas que añoran los tiempos pasados.(2)   «El hombre moderno es un gitano», se ha dicho con razón. No tiene hogar: quizá tiene una casa para el cuerpo, pero no para el alma. Su estado es de falta de orientación, inseguridad, y también de soledad.

Parece que se desea lo exótico, lo «liberal», algo así como «a la carta». Se busca  lo apetecible, lo que me gusta y me va bien, otros buscan lo «seguro». Quiero que alguien me diga con absoluta certeza cuál es el camino a recorrer, y que otro piense y decida por mi.  Y lopero de todo es que cuando me lo hacen ver, no lo reconozco. Tenemos medios cada vez más perfectos, pero los fines están bastante dislocados. Tal vez, todos nos hemos acostumbrado a no pensar: al menos, a no pensar hasta el final  – con un pensamiento débil-.  Algunos intentan resumir todo lo que nos pasa en una única palabra: postmodernismo. El término indica que se trata de una situación de cambio: es una época que viene «después» del modernismo y «antes» de una nueva que todavía no conocemos.  El postmodernismo  indica el fracaso/paso del modernismo.  Y se la puede relacionar también con el período  de descanso o de la «lírica», en los ritmos de la naturaleza, en los que  la persona se prepara antes de retomar la siguiente  actividad. Parece que vivimos un cambio de época: ¿estamos entrando en una nueva etapa de la humanidad que pueda estar reclamando un nuevo modo de hablar, de explicar y de actuar? …………(sigue proxima semana)

(1) Jutta Burggraf  (2)R. GUARDINI, Cartas del lago de Como

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