Nuestro sistema de pensamiento se apoya en una sana gestión emocional y un sincero dialogo con las emociones:
El cerebro es ético y toma atajos emocionales ante dilemas utilitaristas:
Cuando los hechos o estímulos te marcan, te hacen reaccionar a la injusticia, y se dispara la emoción ira, si se observan los pensamientos y emociones que aparecen se puede entrenar la mente para no dejarse llevar por la ira.(Gestión emocional)
La Ira se expresa como el límite de la dignidad y te aporta conocimiento sobre lo bueno y malo para mantenerla. El pensamiento/ entrenamiento que acompaña es: “Párate y piensa y cambia lo que te hace daño o no te ayuda a ser mejor persona según tus valores”.
Si somos honestos aplicamos la misma regla con cada estímulo, que consiste en dar una respuesta, previo paso por el cerebro inteligente encargado de ordenar los pensamientos. Esto no se improvisa: si no se trabaja, si no se estudia y se forma la cabeza, el corazón no soporta la presión emocional.
Saber disfrutar de algo sin que ese algo tome el control de nosotros: Conducir un coche, llevando el volante firme, pero no tenso, llegar a los pedales….. El objetivo no es eliminar toda emoción y placer en nuestras vidas, sino estar preparados para que cualquier placer desaparezca y tenga puntos de apoyo no solo emocionales sino de pensamiento crítico.
Por tanto pensamiento y emoción han de ser más amigos que enemigos:
Han de volver a tratarse, acortar las distancias que por ignorancia o temor, no nos permitió el saludo, la mirada y el respeto. Solo así se puede ser capaz de recibir la verdad y discernir separando lo verdadero de lo falso ( Pensamiento crítico)
Pensamiento crítico es “pararse a mirar y darse cuenta de lo que estamos observando”. No pararse es inercia pura.
Resulto creíble cuando voy contra mis propios intereses:
Con todo tipo de personas hemos de hablar el mismo idioma. Impactar no por lo que dices, sino por cómo lo transmites, por lo que dejas de verdad en cada palabra.
Cuando el filósofo ama la verdad que estudia, sus mensajes son directos, sensoriales y memorizables. Si normalmente escuchamos con prejuicios es porque nos dejamos persuadir por la información previa que tenemos del orador, que se pone en relación con los propios valores e intereses o motivaciones o tiempo para estudiar lo que oímos. Nosotros pensamos así?
El sofista es el sabio que relativiza la ética de la polis. El político ha de ser sensato prudente y benevolente.
Tratamos de crear algo donde no lo haya?:
No siempre se puede pero se avanza profundizando en la mirada sobre las cosas, siendo capaces de fijarnos en lo bueno – ley del optimismo mínimo- y también en lo que no funciona, para intentar arreglarlo o aliviarlo, al menos hacemos algo.
Aunque un intruso en nuestras comunicaciones y anestésico del pensamiento es el «Emotivismo» que finge empatizar con el dolor ajeno cuando lo que anhela es evitar que su sensibilidad se lastime, se suma a causas resultonas y carentes de compromiso efectivo, con un #hastag, no hace sino alimentar el error de Hume al afirmar que “el fundamento de la experiencia moral se halla en los sentimientos y emociones que nuestras acciones despiertan en nosotros”.
Quien es capaz de desmontar a HUME? Pues no muchos y menos los que nos creen que la felicidad se apoya solo en sentimientos positivos, brindando así una coartada empática para desentenderse de las causas que exigen autentico compromiso (intercambiando gatitos y ositos) y ya está no llegamos a más.
En conclusión, seamos normales, solidarios, transparentes y abiertos en los pensamientos, palabras y acciones.
Comentarios recientes